En el Volumen II se aborda el condicionante papel de la Iglesia en la dinámica social del concejo, los diferentes procedimientos con los que la institución obtenía sus ingresos, la implicación de algunos vecinos en el sostenimiento de los templos y la oposición de otros a la rígida aplicación de los cánones eclesiásticos.
También se describen los modos al uso para la circulación del dinero cuando los ahorros familiares no alcanzaban a cubrir gastos extraordinarios causados por destrucción de cosechas, defunciones o compromisos matrimoniales que requiriesen fianzas y dispensas papales.
El sustancioso capítulo dedicado a los pleitos abre la puerta a un variado repertorio de conflictos en los que descubrimos partidarios y opuestos a la Casa de Cebos, la perduración de antiguas inquinas, la competencia por los recursos y alguna que otra afrenta personal.